Veamos algunas ideas al respecto.
Estos días, y otros en el pasado, se han caracterizado por la presencia en los meses cálidos de una dorsal/anticiclón que trae estabilidad y ausencia de nubes, con la presencia, posterior, de una DANA/vaguada situada de forma adecuada al oeste de a Península que generan conjuntamente una entrada de vientos turbios y muy cálidos del sur en casi todos los niveles venidos de las tierras tórridas del norte de África.
Esta estructura DANA-Dorsal se produjo en la primera ola de calor de junio de 2022, se ha producido en la actual de julio, y podría repetirse en el futuro cercano (y se ha generado en el pasado).
Subjetivamente se le ha llamado a esta situación como "anti Filomena" ya que el frío se sustituye por el calor, la precipitación por sequedad y casi ausencias de nubosidad y precipitación, invierno por verano, etc.
Mientras la situación, o patrón atmosférico, se mantenga tendremos calor extremo en zonas de la Península.
Parece que el paso de la DANA por el noroeste peninsular se produciría entre el domingo y lunes,17-18 de julio, y el calor extremo estaría con nosotros hasta esas fechas. Pero tras el debilitamiento, e ingreso de la DANA comentada en el flujo de los oestes por las Islas Británicas, otra vaguada atlántica se irá aislando al oeste de la Península para ocupar la posición aproximada de su antecesora y generar un patrón similar, pero no igual, de DANA-dorsal anterior. La situación en capas bajas sería propicia para mantener el calor sobre la Península, no tan extremo como el que vivimos estos días. Todo ello dependerá de la ubicación, intensidad y desplazamiento de la DANA, junto con el otro protagonista, la dorsal. Y esto está sujeto a las incertidumbres lógicas.
Esta semana , 11-17 de julio es y será muy dura térmicamente, con anomalías muy positivas (muchísimo calor) en el oeste peninsular, especialmente en Galicia, Castilla y León, Extremadura, norte peninsular, Rioja, etc.
La próxima semana, 18-24 de julio, también presenta anomalías positivas elevadas pero menos que la precedente.
Este patrón atmosférico, que nos trae temperaturas muy altas, no solo tiene consecuencias para España, también los países del oeste de Europa se podrían verse afectados por estas ola de calor, algunas extremas.
El aire tórrido de precedencia africana ascendería por la península Ibérica, recalentada, para entrar por Francia, Bélgica, Alemania, e incluso llegaría al Reino Unido y, en determinadas condiciones, al sur de los países escandinavos en forma de lengua o penacho de temperaturas altas y extremos.