No, no es una percepción, hay más problemas de suministro de medicamentos. Y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios lo sabe. De hecho, desde 2008 se publica en la web de la AEMPS la información actualizada de cualquier fallo en la disponibilidad de medicamentos de uso humano.
Se trata de un contexto en el que las unidades disponibles de un medicamento en el canal farmacéutico son inferiores a las necesidades de consumo nacional. Esto significa que, pese a que el medicamento está autorizado y disponible, va a presentarse una rotura de stock en las farmacias.
Es un problema tan crítico como internacional. No somos los únicos a los que nos está ocurriendo, tampoco es nuevo, pero es cierto que la sensación es que el número de medicamentos a los que les ocurre esto está en aumento. Y la angustia es evidente (y lógica).
Si lo ponemos en el contexto de los medicamentos que tenemos disponibles, veremos que, en el primer semestre de 2022, existen 14901 medicamentos autorizados, de ellos se obtienen 32299 presentaciones de medicamentos (presentaciones se refiere a cápsulas, sobres, jarabes o comprimidos del mismo medicamento) y un 3,42% tienen problemas de suministro.
Menos de un 4% parece poco, pero hablamos de más de 1100 presentaciones con las que probablemente habremos lidiado a uno y otro lado del mostrador de la farmacia. Si lo comparamos con el semestre anterior, comprobamos que el incremento es del 31% (de 842 a 1105 presentaciones). Es el ascenso más alto en dos años.
Podéis encontrar mucha más información en los informes semestrales de problemas de suministro. Son muy completos.
¿Por qué han aumentado tanto los problemas de suministro? Los motivos son varios, analicemos algunos.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos sanitarios lleva a cabo diferentes actuaciones para minimizar el impacto de estos problemas que, en el fondo, sufre el paciente. De hecho, existe un plan concreto que se aprobó en 2019 con el nombre Plan de Garantías de Abastecimiento de Medicamentos.
Entre estos objetivos están la prevención, identificación, gestión e información.Sobre estos tres objetivos, se plantean diferentes acciones como aumentar la capacidad de control del mercado, requerir planes de prevención a los laboratorios, revisar el marco sancionador a los laboratorios en función del impacto clínico y gravedad originado.
Del mismo modo, se hace imprescindible mejorar la comunicación activa para facilitar el a la información de los medicamentos con falta de suministro para que los prescriptores puedan valorar el cambio a otra presentación equivalente. (Nota personal: la información está aquí , pero hay que dedicarle tiempo y es justo lo que no les sobra a los prescriptores, o revisan al paciente o revisan la web).
Otras opciones más rápidas son conceder autorizaciones de comercialización excepcional, parar la exportación o autorizar la importación de medicamentos extranjeros.
Nota personal: el farmacéutico es el profesional sanitario especializado en medicamentos y, salvo algún caso en concreto por autorizaciones temporales, no puede cambiar la presentación, ni el tamaño del envase, ni sustituir un medicamento por otro equivalente. Quizá sea el momento de explorar una vía alternativa rápida y eficaz de poder ayudar a que el paciente, que es quien sufre el desabastecimiento, encuentre otra opción.