Los modelos empiezan a vislumbrar un debilitamiento del vórtice polar durante las próximas semanas, aunque está por ver si esto afectará al tiempo en capas más bajas. El patrón de vientos del oeste que tiene lugar por encima de la troposfera podría perder fuerza con un calentamiento en la estratosfera polar y una posible llegada de masas de aire más frías a nuestras latitudes con el inicio del 2024.
Algunos escenarios empiezan a contemplar un debilitamiento del vórtice polar, lo que conllevaría una circulación de vientos invertida en la estratosfera. Los modelos prevén este cambio a partir de la última semana de diciembre y la primera quincena de enero.
Aunque aún son previsiones a muchos días vista, la estratosfera es una capa sin grandes movimientos verticales, por lo que las predicciones son algo más sencillas y fiables.
Normalmente, en invierno el vórtice polar se intensifica y se fortalece, reteniendo el aire frío, aunque a veces, puede debilitarse. Justamente, es lo que los modelos prevén a partir de la última semana de diciembre. El patrón de vientos podría cambiar a 30 km de altitud:
Cada línea muestra un posible escenario y algunos indican que el viento se volvería incluso del este con la entrada de 2024, es decir, se debilitaría el vórtice polar. Aun así, otros muchos escenarios se reafirman en que la configuración seguiría siendo del oeste. Lo que parece confirmarse es la tendencia a la baja de vientos del oeste: la línea más gruesa, la media, tiende a ir hacia abajo a finales de año.
Cuando el vórtice se ralentiza puede inestabilizarse y el aire frío puede desbordar la zona polar. Normalmente, estas perturbaciones acostumbran a ir acompañadas de un pico en las temperaturas de la estratosfera polar, un calentamiento súbito estratosférico.
Los calentamientos súbitos estratosféricos no afectan directamente la troposfera, la capa más baja de la atmósfera donde ocurre la mayor parte de los fenómenos meteorológicos, aunque en ocasiones, pueden alterar los patrones. Algunas veces, aunque no siempre, ocasionan un desplazamiento hacia el ecuador del chorro polar troposférico y las masas de aire más frías se acercan al norte de Europa haciendo bajar drásticamente las temperaturas.
Aunque sí que hay previsiones más fiables con esta capa de la atmósfera, no pasa lo mismo para la troposfera, la capa que nos afecta directamente. No podemos acertar con tanta precisión su comportamiento a tanto tiempo vista. Aun así, de momento, la circulación es clara: este fin de semana se aposenta un anticiclón sobre España que traerá heladas, niebla y nos alejará la lluvia.
Según los modelos meteorológicos, se quedará encima de España, por lo menos, hasta el próximo miércoles. La previsión semanal del ECMWF confirma que el debilitamiento del vórtice polar no tiene por qué afectar a la troposfera: de momento, parece que enero va a ser más cálido de lo que tocaría en nuestras latitudes.