El cambio climático está provocando que elegir especies vegetales resistentes ya no sea solo una cuestión estética, sino una necesidad, ya que en zonas con temperaturas extremas, lluvias escasas o suelos pobres, es clave optar por árboles adaptados a estas nuevas condiciones.
Esta fortaleza viene dada por su genética, forma y adaptación: raíces profundas, cortezas gruesas, hojas resistentes, capacidad de almacenar agua y regenerarse.A continuación, te mostramos una serie de árboles adaptables a estos cambios.
Los robles (género Quercus) son árboles que inspiran respeto, su madera densa los hace prácticamente inmunes a fuertes vientos o tormentas y además sus raíces profundas les permiten sobrevivir en suelos pobres y buscar agua en capas subterráneas.
Lo más interesante: el Quercus cerris (roble de Turquía) soporta muy bien el calor y crece con vigor, ideal para climas secos.
Cuidados básicos: Evita suelos encharcados y asegúrate de plantarlo en una zona amplia y soleada.
Pocos árboles muestran tanta versatilidad como los pinos. Desde zonas de alta montaña hasta costas arenosas, el género Pinus se adapta a suelos pobres y condiciones climáticas extremas con una forma cónica lo protege del viento y la nieve. Por otra parte, su corteza, rica en resina, le da resistencia al fuego.
Ideal para: proyectos de reforestación o jardines de bajo mantenimiento en zonas secas.
Cuidados: Riego moderado al principio. Luego, pueden vivir con lluvias naturales.
El baobab (Adansonia spp.) puede sobrevivir donde casi ningún otro árbol lo hace, con un tronco que almacena agua como una esponja, lo que le permite soportar años de sequía.
Dato curioso: en África se le llama “el árbol de la vida” por su capacidad de dar alimento, sombra y refugio en zonas áridas.
Cómo cuidarlo: ideal para climas cálidos. Requiere pleno sol y suelos bien drenados.
El olivo (Olea europaea) es uno de los árboles más resistentes del Mediterráneo. Durante siglos y siglos, ha ido produciendo fruto incluso en condiciones extremas, y su sistema radicular profundo le permite encontrar agua donde parece no haber.
Happy #ThickTrunkTuesday to tree lovers !
— Sara (@PeronaSara) March 12, 2024
Olivo
El olivo puede resistir cambios climáticos como la sequía, frío extremo, estrés hídrico , por eso es un árbol muy longevo y puede vivir entre 150 y 2000 años. Se estima que hay más de dos mil variedades del olivo. pic.twitter.com/KV5JscroNE
Punto fuerte: resiste muy bien tanto el calor como la sequía prolongada.
Recomendación: necesita poco riego y poda ligera. Ideal para jardines secos.
La Paulownia tormentosa, también conocida como kiri, está ganando fama por su rápido crecimiento, su capacidad de absorber grandes cantidades de CO₂ y su resiliencia ante incendios y suelos degradados.
Los usos actuales de esta especie son la reforestación, producción de madera ligera, regeneración de suelos.
Cuidados: requiere sol directo y riego moderado durante los primeros años.
Especies como el algarrobo (Ceratonia siliqua), el almez (Celtis australis) y el acebuche (olivo silvestre) son auténticos supervivientes ya que toleran la falta de agua, suelos pobres y temperaturas elevadas, siendo ideales para combatir la desertificación.
Valor añadido: requieren poco mantenimiento, aportan biodiversidad y estabilizan el suelo.