Imaginemos un mundo sin flores. Un escenario donde los colores vibrantes y los dulces aromas se han desvanecido.
Pero, ¿qué pasaría con las abejas, mariposas y otros insectos que dependen de ellas? ¿Cómo sobrevivirían estos incansables polinizadores en un mundo sin néctar ni polen?
La relación entre plantas y polinizadores es una muestra de la asombrosa complejidad de cómo funcionan los ecosistemas. A lo largo de millones de años, estas especies han coevolucionado, desarrollando adaptaciones mutuas que les permiten prosperar.
La naturaleza ha dotado a los polinizadores de mecanismos sorprendentes para enfrentar periodos de escasez floral. Algunas de las más comunes incluyen los siguientes.
¿Cuál es la diferencia entre "hibernar" e "invernar"?
— cronicasdefauna (@cronicasdefauna) November 10, 2019
-Hibernación: estado de letargo con reducción de metabolismo interno para pasar el invierno, como el oso pardo
-Invernación: temporada pasajera que una especie pasa en un lugar más cálido durante el invierno en su área de cría pic.twitter.com/gxUVeHzU3A
Sharon Rodríguez, líder de investigación en Ecosistemas Agrícolas del Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello (CSB UNAB), explica que “el equilibrio natural entre plantas y polinizadores es un acto de sincronía. Si este equilibrio se rompe, no solo peligra la supervivencia de los insectos, sino también la de las plantas que dependen de ellos para reproducirse”.
Aunque muchos polinizadores han desarrollado estrategias para sobrevivir en entornos cambiantes, algunas especies especializadas están en riesgo.
Estas especies han evolucionado para alimentarse de un número limitado de plantas, y su supervivencia depende en gran medida de la presencia de estas especies vegetales.
La pérdida de hábitats naturales, la introducción de especies invasoras y el cambio climático están poniendo en peligro a muchas de estas especies especializadas, lo que a su vez afecta a la diversidad de plantas y a la salud de los ecosistemas.
En un entorno natural sano, la diversidad de plantas asegura que siempre haya flores disponibles en alguna época del año. Sin embargo, la fragmentación de hábitats y la introducción de especies invasoras están alterando este equilibrio.
La urbanización también juega un papel importante. Plantar jardines con especies nativas y mantener espacios verdes en las ciudades puede ser una solución sencilla pero efectiva para ayudar a los polinizadores.
Tal como señala un informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés) sobre polinizadores y biodiversidad, también es fundamental implementar prácticas agrícolas sostenibles que favorezcan la biodiversidad y reduzcan el uso de pesticidas.
Cuando vemos una abeja o una mariposa revoloteando entre las flores, no solo estamos frente a un insecto, sino a un engranaje vital para la vida en el planeta.
Sin ellas, la biodiversidad y nuestra seguridad alimentaria estarían en peligro. Proteger a los polinizadores no es solo un acto de amor por la naturaleza; es una apuesta por nuestro futuro.
- IPBES. Informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES). Publicado en la web de la FAO. (2019).