El océano Atlántico esconde un secreto emocionante y poco conocido: las cascadas submarinas. Un equipo de científicos de la Universidad de Barcelona se ha lanzado a explorar estas maravillas, descubriendo su variedad, qué las provoca y cómo afectan al medio ambiente. ¡Y lo más emocionante es que han encontrado la cascada submarina más grande del mundo! Un hallazgo que desafía nuestras expectativas sobre estos fenómenos naturales.
Las cascadas submarinas se forman principalmente debido a las diferencias de densidad entre las capas de agua. Esto sucede por cosas como la temperatura del agua, lo salada que está y cuántos sedimentos tiene. Pero también influyen las corrientes oceánicas y los trozos de tierra que se desprenden.
Por ejemplo, cuando el agua de la superficie está más caliente y menos salada que la del fondo, crea una especie de diferencia de "peso" que desencadena la cascada. Esta diferencia puede ser causada por diferentes cosas, como el sol calentando el agua, o el hielo marino derritiéndose y mezclándose con el agua. Todo esto junto con los sedimentos que se acumulan en el fondo contribuyen a formar estas asombrosas caídas de agua bajo el mar.
En el mundo submarino, podemos encontrar dos tipos principales de cascadas: las de agua y las de sedimentos.
Como ya hemos explicado, las primeras ocurren cuando aguas con densidades diferentes se encuentran y se mezclan en el océano, creando un espectáculo natural impresionante. Esto suele suceder en lugares donde el agua tiene temperaturas y salinidades muy diferentes.
Por otro lado, las cascadas de sedimentos se forman cuando los materiales como arena, limo y arcilla se acumulan en el fondo marino. Estas acumulaciones pueden dar lugar a estructuras que se asemejan a cascadas, especialmente en áreas donde las corrientes oceánicas son potentes y llevan muchos sedimentos consigo. Un ejemplo de ella se encuentra la isla de Mauricio.
En las frías aguas del Estrecho de Dinamarca, entre Groenlandia e Islandia, se alza la cascada submarina más alta del mundo, un espectáculo natural que desafía la imaginación.
Con más de tres kilómetros de altura, esta maravilla acuática es el resultado de un fenómeno extraordinario: el agua fría y densa del Ártico se hunde y fluye hacia latitudes más bajas, siguiendo los contornos del fondo marino.
El relieve submarino del Estrecho de Dinamarca es asombroso: en solo unos pocos kilómetros, la profundidad pasa de 500 metros a más de 3.000 metros. Esta abrupta caída impulsa a la corriente de fondo a acelerarse y desbordarse en forma de cascada submarina, inundando las vastas hondonadas del norte del océano Atlántico.
Según los científicos, las cascadas submarinas desempeñan un papel crucial en la regulación del clima global, influenciando la termohalina atlántica y los ecosistemas de aguas profundas. Además, facilitan la distribución de nutrientes y organismos marinos al mezclar aguas de diferentes densidades, beneficiando a las comunidades marinas.
Sin embargo, los efectos del cambio climático están alterando estos procesos, como se observa en las costas catalanas, donde la disminución de días ventosos afecta el flujo de nutrientes.
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Estudio de referencia:
FAR-DWO DS1 cruise. Chasing submarine dense water overflows. GRC Geociències Marines, Dept. Dinàmica de la Terra i de l'Oceà, Universitat de Barcelona.