Los meses de verano crean una situación crítica para el cuidado de los huertos y jardines. Las altas temperaturas y la mayor demanda de nutrientes y agua por parte de las plantas hacen que el abonado y fertilizado sean tareas esenciales para mantener su salud y productividad.
Las labores en el cuidado de las plantas no cesan en ninguna época del año, ya sea sobre el propio cultivo, o sobre el terreno donde posteriormente será implantado dicho cultivo.
Durante el verano, las plantas, de forma general, entran en una importante fase de crecimiento y desarrollo. Este periodo de su ciclo natural es crucial porque las plantas requieren una cantidad considerable de nutrientes para sostener su crecimiento, florecimiento y fructificación.
Huerto en #Xert abonado con uno de los #compostdealperujo de la campaña 2019.
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El abonado y fertilizado son las actividades encargadas de aportar los nutrientes esenciales que no siempre están disponibles en el suelo en cantidades suficientes, especialmente después de las primeras cosechas que pueden haber agotado los recursos del suelo.
Abonar y fertilizar en verano no solo promueve un crecimiento saludable y vigoroso de las plantas, sino que también ayuda a las plantas a resistir mejor las condiciones adversas como el calor extremo y la sequía.
Además, un suelo bien nutrido mejora su estructura y retención de agua, lo cual es beneficioso durante los periodos de escasez de agua.
Existen varios tipos de abonos y fertilizantes que se pueden utilizar en verano, cada uno con sus ventajas específicas, por ello, conocer lo básico puede ayudar en la toma de decisiones más acertadas.
Son aquellos abonos que se consiguen de manera natural empleando otras plantas, que más tarde son incorporadas al mismo suelo donde nacen y se desarrollan.
Para maximizar los beneficios del abonado y fertilizado en verano, es importante seguir algunos consejos prácticos.
Es preferible abonar y fertilizar temprano en la mañana o al atardecer para evitar las horas de mayor calor. Esto reduce el estrés para las plantas y la evaporación de agua.
Evitar el exceso de fertilización, ya que puede quemar las raíces y dañar las plantas. Sigue siempre las recomendaciones del fabricante o las guías de jardinería específicas para cada tipo de planta.
Día grande en la meseta. Día de siembra y trasplante. Queda inaugurado el huerto de verano. Atrás quedan meses de preparado de compost, de humus y estiércol para mimar el suelo. Vida. pic.twitter.com/LcK4XflYPp
— Jorge (@GreenPikis) May 1, 2022
Después de fertilizar, regar bien las plantas para ayudar a disolver los nutrientes y facilitar su absorción por las raíces. El riego profundo y regular es crucial durante el verano para mantener las plantas hidratadas.
Observar las plantas regularmente para detectar signos de deficiencia de nutrientes o exceso de fertilización. Las hojas amarillentas, el crecimiento lento o las manchas pueden indicar problemas que deben ser corregidos.