Llega el calor. De repente, pasamos de buscar el solecito en una terraza a refugiarnos bajo cualquier sombra como si fuera un oasis. ¿Te has sentido más cansado, con dolor de cabeza o incluso mareado durante los primeros días de calor fuerte del año? No eres el único. Y no es casualidad. La ciencia ya lo ha dicho: el primer episodio de calor intenso del año afecta más.
Sí, y no es solo percepción. Algunos estudios han analizado hospitalizaciones en mayores de 65 años durante olas de calor y descubrió algo muy interesante: el primer evento de calor fuerte tiene un impacto mucho mayor que los siguientes. ¿Por qué? Porque nuestro cuerpo aún no ha tenido tiempo de adaptarse.
La explicación es sencilla y bastante lógica. Nuestro organismo necesita tiempo para aclimatarse al calor. No es lo mismo que un día te suban la calefacción de golpe a 35 °C en una habitación sin ventanas, que si llevas semanas acostumbrándote poco a poco. Nuestro cuerpo regula su temperatura, su hidratación y hasta la circulación sanguínea según las condiciones exteriores. Y cuando el calor aparece de repente, nos pilla con los sistemas de emergencia apagados.
También se ha estudiado en España. Otro trabajo, realizado por investigadores del Instituto de Salud Carlos III, analizó el impacto en salud de distintos tipos de olas de calor en Madrid. Descubrieron que el contexto meteorológico también influye en la peligrosidad. Por ejemplo, un episodio de calor asociado a estancamiento atmosférico (donde no corre ni una gota de aire) tiene más efectos adversos que uno con polvo sahariano. Pero el patrón se repite: el primer episodio del año siempre es más dañino.
Esto es especialmente importante porque la mayoría de las medidas preventivas se activan solo cuando se declara una ola de calor, pero para cuando eso ocurre, muchas personas ya han sufrido golpes de calor, deshidrataciones o exacerbaciones de enfermedades crónicas.
Aquí no hay sorpresas: las personas mayores, los niños, y quienes ya tienen problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, renales o respiratorias, son los más vulnerables. Su capacidad para regular la temperatura corporal es menor, y muchas veces tampoco perciben el calor con la misma intensidad que una persona joven y sana. Además, viven solos o en viviendas mal climatizadas.
Pero ojo, que esto no va solo de gente mayor en verano. También afecta a personas que trabajan al aire libre, como agricultores, obreros, personal de limpieza urbana, o a cualquiera que pase largas horas bajo el sol sin protección adecuada.
La buena noticia es que hay mucho que se puede hacer. Y no, no hace falta mudarse a Islandia en mayo. Aquí van algunas recomendaciones prácticas (y científicamente respaldadas) para sobrevivir al primer golpe de calor sin dramas:
No esperes a que el termómetro marque 40 °C. Si sabes que se viene una subida de temperaturas, adelántate: ventila bien la casa por las noches, reduce la actividad física en las horas centrales del día y revisa que el aire acondicionado (si tienes) funciona.
Durante los primeros días de calor, el cuerpo aún no gestiona bien la pérdida de agua y sales. Así que bebe más agua de lo habitual, aunque no tengas sensación de sed. Y si haces ejercicio o trabajas fuera, recuerda que también necesitas reponer sales minerales (no, el tinto de verano no cuenta como bebida isotónica, lo siento).
¿Tienes personas mayores a tu alrededor? Llama, visita, asegúrate de que tienen agua fresca, sombra y alguien que les eche un ojo. Muchos de los ingresos por golpe de calor se podrían evitar con medidas tan sencillas como esa.
Aunque el verano oficial empiece en junio, las temperaturas tórridas pueden llegar en mayo (o antes, con el cambio climático haciendo de las suyas). Así que más vale prevenir que lamentar.
Con el aumento del calor:
— Emergències 112CV (@GVA112) May 28, 2025
Hidrátate bien
Usa protector solar
Evita el sol directo al mediodía pic.twitter.com/xFlEV5XD1e
Al igual que no empiezas a correr una maratón sin entrenar, no sometas tu cuerpo a esfuerzos intensos en los primeros días de calor. Dale tiempo a aclimatarse. Y si te mareas, sientes debilidad, confusión o piel muy caliente, para, busca sombra, bebe agua y pide ayuda si hace falta.
No olvidemos que el calor mata. Solo en el verano de 2022, en España, se atribuyeron más de 4.000 muertes al exceso de temperatura. Y una parte importante ocurre en esos primeros episodios, cuando todavía no estamos alerta.
Así que ya sabes: cuando empiecen a subir los termómetros, no te hagas el valiente, no digas “yo aguanto bien el calor”. Porque no es cuestión de aguantar, sino de entender cómo funciona nuestro cuerpo y cuidarlo.
Liss A, Wu R, Chui KK, Naumova EN. Heat-Related Hospitalizations in Older Adults: An Amplified Effect of the First Seasonal Heatwave. Sci Rep. 2017 Jan 11;7:39581. doi: 10.1038/srep39581. PMID: 28074921; PMCID: PMC5225426.
Ruiz-Páez R, Díaz J, López-Bueno JA, Navas MA, Mirón IJ, Martínez GS, Luna MY, Linares C. Does the meteorological origin of heat waves influence their impact on health? A 6-year morbidity and mortality study in Madrid (Spain). Sci Total Environ. 2023 Jan 10;855:158900. doi: 10.1016/j.scitotenv.2022.158900. Epub 2022 Sep 19. PMID: 36155828.