Madrid es siempre un destino turístico apetecible por su impresionante oferta cultural, de ocio y comercial. La capital de España avanza posiciones cada año en el ranking de los mejores destinos urbanos que elabora la empresa británica de investigación de mercado Euromonitor International. Ya es la tercera ciudad, sólo tras París y Dubai.
Pero hay, sin duda, otro Madrid, muy distinto y alejado de los rascacielos, el ritmo acelerado, la gran oferta de servicios, los museos, monumentos y musicales que también merece la pena descubrir.
El entorno de Robledillo de la Jara tiene parajes tan bellos como este https://t.co/YL1b6421Fm#SierraNorteMadrid #SierraNorteDeMadrid #MeQuedoContigoMadrid #sierrademadrid #MadRural #ElOtroMadrid pic.twitter.com/o1ND0VGwBD
— Sierra Norte de Madrid - SierraNorte.com (@SierraNortecom) April 14, 2024
Una forma alternativa de viajar para quienes buscan tranquilidad, disfrutar de la naturaleza, el patrimonio histórico, la cultura y la gastronomía ligadas al mundo rural. Para ello, nada mejor que asomarse a la sierra madrileña, donde hoy vamos a mostrarte un bucólico y apartado rincón lleno de historia y paisajes en los que recuperar la serenidad.
En el kilómetro 60 de la A1, a la altura del municipio de La Cabrera, nace la carretera M-127. En su kilómetro 20, una vez pasados El Berrueco y Peñáguila, llegamos a nuestro destino: Robledillo de la Jara .
Esta localidad de apenas 20,35 km 2 se localiza en las últimas estribaciones meridionales del Macizo de Ayllón, en la Sierra Norte de Madrid, entre el río Lozoya y su afluente El Riato.
Allí viven 135 vecinos. Un padrón de habitantes que puede parecer exiguo (de hecho, es una de las localidades más despobladas de Madrid), pero que ha crecido un 40% desde la pandemia de Covid-19. Un fenómeno que se ha reproducido en otros tantos pueblos de España a raíz de un doloroso evento que animó a muchas personas a volver al campo.
Rodeado de praderas de jara, onmipresente en todo su territorio y responsable de una miel muy rica, se alza este pueblo cuyo origen se remonta, como mínimo, a la repoblación que sucedió a la conquista de Alfonso VI de Castilla en 1083 , y que consolidó muchas de las poblaciones del sur de Somosierra.
Además de su plaza principal, de curioso nombre (plaza de TVE, en honor a la primera televisión que llegó al pueblo), estos son los lugares que no te puedes perder en Robledillo de la Jara:
Entre 1869 y 1882 se construyó la presa del Villar. A consecuencia de esta obra, el Molino de Melones, propiedad de vecinos de Robledillo, y también el histórico puente medieval del Villar, en la Cañada Real de la Hiruela, quedaron sumergidos bajo las aguas del Lozoya.
Ahora sólo pueden verse cuando el nivel del pantano es muy bajo. Este dique fue el primero del tipo arco-gravedad que se construyó en Europa, por lo que una réplica a escala fue presentada en la Exposición Universal de París de 1878 .
A sólo diez minutos en coche desde el pueblo se puede disfrutar de otra gran infraestructura hidráulica, el embalse de El Atazar , construido en 1972.
El 'mar de #Madrid' apunta a un origen #arabe. Un teoría vincula el pueblo de El #Atazar, que da nombre al embalse más grande de la región, con "atarazar" (hacer trozos pequeños). El municipio presume de tener una fuente árabe para justificar un posible campamento #musulman pic.twitter.com/tOtpX4NI5o
— Madridarabe.es (@madridarabe) July 14, 2020
Con una capacidad de 425,3 hm³, se trata del mayor pantano de la Comunidad de Madrid, lo que representa el 46% del volumen embalsado de toda la región, por lo que se le conoce como “el mar de Madrid”.
Bordeando el embalse de El Atazar y los pueblos más representativos de la zona (El Atazar, El Berrueco, Cervera de Buitrago, Patones de Arriba y Puentes Viejas, además de Robledillo de la Jara), se encuentra la conocida como senda de Genaro, de unos 70 kilómetros.
Este camino es una de las propuestas turísticas más completas y recomendables de toda la Sierra Norte de Madrid si lo que deseas es una inmersión en la naturaleza.
Al recorrerlo se puede disfrutar de distintos ecosistemas, como encinares, melojares, quejigales, fresnedas o pastizales , y contemplar rincones de gran belleza, como el cañón del río Lozoya o los barrancos que limitan el valle del Jarama.