Si tienes tu propio huerto, o estás pensando en tenerlo, no debes dejar escapar algunos aspectos de vital importancia para el correcto desarrollo de las plantas, ello te permitirá poder disfrutar de tu propia cosecha, algo extremadamente reconfortante, sembrar para recoger.
Bien es cierto que los inicios agrícolas no son fáciles, sobre todo cuando comenzamos. Sin embargo, estas dificultades o dudas no deben ser motivo para abandonar la afición por el campo y la naturaleza. Tan solo debemos de buscar información, preguntar a profesionales y emplear nuestro instinto y sentido común.
Es de vital importancia, cuando nos decidimos a cultivar, tener en cuenta el concepto que engloba la agricultura, ya que estamos ante seres vivos, en este caso ante plantas que nacen, crecen y mueren, y además, incluso respiran, como cualquier ser vivo, lo que nos indica con más importancia aún, que han de ser cuidadosamente controladas.
En general estos errores típicos se deben al desconocimiento y pueden ser solucionados de forma rápida y sencilla.
Este error, cometido habitualmente, puede provocar un descontrol vegetativo de la planta, puesto que según el tipo de material vegetal elegido requiere de unas condiciones específicas para su germinación y posterior desarrollo.
Superado el error del calendario de siembra, tenemos ahora que realizar una siembra correcta, es decir, debemos de acondicionar las semillas para que germinen y comiencen su ciclo, o las plantas, en el caso de ponerlas directamente en la tierra. Para ello es necesario dotar el semillero o el terreno de unas condiciones específicas para cada planta, al mismo tiempo que se realiza un control de humedad, temperatura y dosis hídrica.
Siempre optamos por: “mientras más, mejor”, sin embargo, este concepto es un error severo en agricultura al igual que en otros muchos aspectos, todo se basa en buscar el equilibrio, es decir, aportar a la planta lo justo en cada momento. Un abonado excesivo puede llegar a provocar la pérdida de la cosecha, incluso, en casos extremos, la muerte de la planta.
Estamos quizá ante el mayor error cometido en los huertos “urbanos” o caseros. Volvemos a pensar que, más es mejor, y volvemos a caer en un error. La solución, de forma general en un huerto, se basa en una cronología de riego donde se realicen aportes de agua continuos y en volúmenes cortos, resumiendo, regar periódicamente en pequeñas dosis.
De esta forma, la planta tendrá capacidad de absorción y evitaremos el ahogamiento por exceso de humedad, además, es súper importante, que los riegos se realicen durante las horas de menor temperatura, sobre todo en verano, al amanecer o al caer la tarde, de esta forma evitamos la inmediata evaporación.