Cambiar la estructura de los bosques podría absorber más dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, un gas de efecto invernadero, o aumentar el deshielo del permafrost, lo que daría como resultado la liberación de carbono antiguo.
Millones de puntos de datos de las misiones Ice, Cloud, and land Elevation Satellite 2 (ICESat-2) y Landsat contribuyeron a esta investigación, que se utilizará para mejorar los modelos informáticos de predicción climática.
Con el calentamiento global, la vegetación de los bosques del extremo norte cambia a medida que aparecen más árboles y arbustos. Estos cambios en la estructura de la vegetación de los bosques boreales y la tundra continuarán durante al menos los próximos 80 años, según afirman científicos de la NASA en un nuevo estudio.
Los bosques boreales generalmente crecen entre 50 y 60 grados de latitud norte y cubren gran parte de Alaska, Canadá, Escandinavia y Rusia. Este bioma alberga árboles de hoja perenne como pinos y abetos.
Más al norte, el permafrost y el corto período de crecimiento del bioma de la tundra han dificultado históricamente la existencia de árboles grandes o bosques densos. La vegetación de estas regiones ha estado compuesta por arbustos, musgos y pastos.
Estudios anteriores han revelado que el crecimiento de las plantas en latitudes altas está aumentando y desplazándose hacia el norte, hacia áreas que antes estaban escasamente cubiertas por arbustos y pastos de tundra.
Ahora, el nuevo estudio dirigido por la NASA encuentra una mayor presencia de árboles y arbustos en estas regiones de tundra y bosques de transición adyacentes, donde se encuentran las regiones boreales y la tundra. Se espera que esta situación persista al menos hasta finales de siglo.
Los científicos encontraron predicciones de "cambios positivos en la altura media" en la tundra y los paisajes forestales de transición, entre la tundra boreal y la tundra, presentados en este estudio. Esto sugiere que los árboles y arbustos serán más grandes y abundantes en zonas donde actualmente son escasos.
El coautor del estudio, Chris Neigh, sostiene que este aumento de la vegetación podría compensar parte del impacto del aumento de las emisiones de CO2 al absorber más de este gas a través de la fotosíntesis. El carbono absorbido mediante este proceso se almacenaría en árboles, arbustos y suelo.
Sin embargo, el cambio en la estructura del bosque también puede provocar que las áreas de permafrost se descongelen, ya que la vegetación de colores más oscuros absorbe más luz solar. Esta situación podría liberar CO2 y metano almacenados en el suelo durante miles de años.
Fuentes y referencias de la noticia:
- Montesano, P.M., Frost, M., Li, J. et al. A shift in transitional forests of the North American boreal will persist through 2100. Communications Earth & Environment (2024).