A pesar del gran avance de la tecnología en las últimas décadas, todavía hay numerosos lugares de nuestro planeta que están envueltos en un halo de leyenda o misterio que la ciencia todavía es incapaz de explicar. Uno de ellos, conocidos desde hace miles de años, se encuentra en Tonnerre, un pueblo de la Borgoña sa.
En el centro de Tonnerre se encuentra un fascinante manantial con aguas de un intenso color azul, conocido como Fosse Dionne (en castellano sería Pozo Divino). Los celtas ya lo consideraba una fuente sagrada, y más tarde los romanos lo usaron como suministro de agua potable, creando una población en torno al pozo. Hacia el siglo VII, San Juan de Roma estuvo por estas tierras y aprovechó para limpiar el manantial, que en ese momento era un pantano inutilizable.
Por esos siglos circulaban numerosas leyendas sobre este pozo. En la Edad Media se pensaba que habitaba una gran serpiente en su fondo, e incluso no faltaban los que afirmaban que era la puerta a otro mundo. Reconvertido en balneario hacia el siglo XVIII, a partir de la Revolución sa empezó a crecer cada vez más el interés por conocer su origen y profundidad.
Fosse Dionne es un gran ejemplo de manantial kárstico. Los territorios kársticos son aquellas regiones constituidas por rocas compactas y solubles, principalmente caliza, dando lugar a un paisaje muy singular, con la presencia sumideros, cañones, simas, arroyos subterráneos o cavernas.
En el caso de este manantial, de media arroja unos 311 litros de agua por segundo, lo que es una descarga bastante alta, si bien la velocidad con la que brota varía dependiendo de la estación. Probablemente el agua viaja de forma subterránea por cavernas al menos decenas de kilómetros desde otro punto en el que filtra al subsuelo.
La Fosse Dionne (Tonnerre) es una surgencia kárstica cuyo origen se desconoce, tras varias expediciones con resultados trágicos.
— Samuel Biener (@samuel_biener) December 14, 2021
Sólo se conocen los primeros metros, como se aprecia en esta imagen. pic.twitter.com/QFMPkZbldz
Como suele ser habitual en este tipo de surgencias, el caudal es muy variable y con un filtrado mínimo. Dependiendo de las lluvias, las tormentas o el deshielo. cuando pueden salir hasta...¡3.000 litros por segundo! Sin embargo, nadie ha podido localizar su nacimiento hasta ahora, y teniendo en cuenta los últimos precendentes, parece que tardará mucho tiempo en descubrir su origen.
En las últimas décadas han muerto tres buceadores intentando llegar al origen de este manantial. Dos de ellos en 1974 y otro en 1996. Entraron, pero no salieron. Hace dos años, el buceador Pierre-Éric Deseigne llegó a explorar 370 metros de cuevas inundadas, descendiendo unos 70 metros. Afortunadamente, regresó con vida, pero sin encontrar la fuente del manantial.