Turbli, una empresa que proporciona previsiones de turbulencias en los vuelos, realizó un estudio utilizando una base de datos de 150 000 rutas, de las que sólo se clasificaron las que tenían rutas aéreas activas en diciembre de 2023.
Para cada vuelo, se calcula la turbulencia a lo largo de una línea geodésica y a su altitud media de crucero. La turbulencia se calcula en función de la tasa de disipación de remolinos, o edr. Los niveles de turbulencia se dividen en cuatro grados:
El fundador de Turbli, Ignacio Gallego Marcos, señaló la cordillera alpina como uno de los principales factores de las turbulencias en las rutas europeas. Sin embargo, las corrientes en chorro, que son corrientes de viento a gran altura, también contribuyen a ello. Quizá debido principalmente al primer factor, Zúrich está presente en varias de las rutas europeas más turbulentas.
Las tormentas también pueden generar turbulencias en cielos lejanos. En otras palabras, el rápido crecimiento de las nubes de tormenta empuja el aire, generando ondas en la atmósfera que pueden provocar turbulencias a cientos o miles de kilómetros de distancia, afirma Robert Sharman, investigador de turbulencias del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR).
Ahora bien, teniendo en cuenta el índice de medición utilizado (edr), mencionado al principio de este artículo, éstas fueron las 10 rutas más turbulentas, según Turbli:
El trayecto entre Milán (MXP) y Ginebra (GVA) destaca como el más turbulento de Europa y el cuarto más turbulento a nivel mundial para trayectos de 1500 kilómetros o menos en 2023.
Como curiosidad, la ruta aérea de hasta 1500 kilómetros más turbulenta es la que une Almaty (ALA), en Kazajstán, y Bishkek (FRU), en Kirguistán, con un edr de 17.457.
La ruta que encabeza la lista con el mayor índice medio de turbulencia, teniendo en cuenta cualquier distancia, es entre Santiago (SCL) en Chile y Santa Cruz (VVI) en Bolivia, con un edr de 17,568.