La temporada de lluvias puede ser una bendición para el jardín, proporcionando el riego necesario sin esfuerzo adicional. Sin embargo, un exceso de agua también puede generar problemas como encharcamiento, enfermedades fúngicas y erosiones en el suelo.
Para mantener un jardín sano durante esta época de intensas y continuadas lluvias, es fundamental conocer los errores más comunes y cómo evitarlos. A continuación, se comparten recomendaciones clave para facilitar el buen desarrollo y mantenimiento de un jardín.
El exceso de humedad puede traer beneficios, pero también riesgos para las plantas y el suelo. Tomar medidas preventivas ayudará a evitar problemas como plagas, enfermedades y erosiones. Estos problemas derivados de una mala gestión del agua de lluvia pueden suponer un desarrollo incorrecto de la vegetación que conforma cualquier jardín, estropeando su belleza visual.
Los errores que se pueden cometer a la hora de dirigir un jardín pueden ser infinitos, y nunca se pueden conocer con antelación, sin embargo, la prevención es clave para evitar riesgos mayores. Algunos ejemplos sencillos y muy útiles son los siguientes.
Un mal drenaje puede provocar encharcamientos que asfixian las raíces y favorecen la aparición de hongos. Para evitarlo:
Las hojas caídas y otros desechos pueden convertirse en un foco de infecciones fúngicas y atraer plagas. Para prevenirlo:
El follaje denso retiene humedad y favorece la aparición de hongos. Para evitarlo:
Durante la temporada de lluvias, el riego adicional puede ser innecesario. Para controlarlo:
Algunas especies son vulnerables al exceso de agua y pueden sufrir pudrición de raíces. Para protegerlas:
Las lluvias pueden lavar los nutrientes del suelo. Para mantener un buen equilibrio:
El exceso de humedad siempre propicia la proliferación de hongos, bacterias y plagas. Para prevenirlo:
Las lluvias intensas pueden arrastrar la capa fértil del suelo. Para evitarlo: