Para muchos, la barbacoa es símbolo de socialización y de cocinar al aire libre. Sin embargo, esta popular costumbre también plantea problemas de salud pública, sobre todo en lo que respecta a los métodos de cocción y los tipos de parrillas utilizados. ¿Son buenas para la salud todas las formas de cocinar a la parrilla?
¿Cuáles son los distintos tipos de barbacoas que hay en el mercado y cómo puede disfrutar de su barbacoa de forma saludable? A primera vista, las barbacoas de carbón son conocidas por producir un sabor ahumado característico, pero también pueden entrañar riesgos para la salud.
En esa noticia, analizaremos los pros y los contras de los distintos tipos de parrillas e intentaremos responder a la siguiente pregunta: ¿comer carne a la parrilla es realmente peligroso para la salud?
Asar a la brasa es apreciado por el rico sabor que confiere a los alimentos. En realidad, la combustión del carbón produce hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y aminas heterocíclicas (HCA), compuestos químicos que pueden ser cancerígenos si se ingieren en grandes cantidades.
Además, el espeso humo que se produce al quemar grasas animales en o con las brasas puede ser perjudicial si se inhala con regularidad.
Sin embargo, hay formas de reducir estos riesgos. Un uso moderado y una buena ventilación pueden reducir la exposición al humo, mientras que prácticas como marinar la carne antes de cocinarla y mantener una temperatura estable pueden reducir la formación de compuestos nocivos.
Si vas a hacer una barbacoa, considera la posibilidad de llevar una mascarilla cuando estés cerca del humo. Los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) pueden ser absorbidos por la piel e inhalados a través del humo. Los HAP aumentan el riesgo de cáncer en los seres humanos. pic.twitter.com/75q3KURq1p
— Antonio J. Bautista Vasco (@VascoBautista) February 2, 2024
Aunque el uso del carbón vegetal presenta retos específicos, la adopción de medidas adecuadas puede mejorar significativamente la seguridad al utilizarlo.
Las parrillas de gas y eléctricas son alternativas limpias a la tradicional barbacoa de carbón. Estas tecnologías ofrecen un mejor control de la temperatura y reducen el riesgo de quemar los alimentos y crear compuestos químicos peligrosos.
La parrilla de gas, en particular, permite cocinar de forma más uniforme y con menos humo, lo que tiene menos impacto en la salud respiratoria y produce menos HAP y HCA.
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— Energía Biobío (@EnergiaBiobio) September 17, 2020
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La parrilla eléctrica, por su parte, es probablemente la opción más saludable. Este tipo de parrilla no tiene combustión y elimina casi por completo la exposición a los compuestos nocivos que producen las llamas. La parrilla eléctrica es ideal para espacios cerrados o patios pequeños y le permite asar de forma sana y controlada.
Aunque asar carne en la barbacoa es un placer para mucha gente, este método de cocción puede causar problemas alimentarios y de salud. De hecho, cocinar la carne a altas temperaturas puede provocar la formación de sustancias potencialmente peligrosas.
Sin embargo, la investigación ha descubierto que ciertas técnicas, como utilizar adobos ricos en antioxidantes, precocinar la carne y evitar carbonizarla, pueden reducir significativamente la presencia de estos compuestos nocivos.